domingo, 10 de octubre de 2010

Es preciso que llegue el escándalo

Es preciso que llegue el escándalo, falta autor.
En el transcurso de la lectura se analiza la Biblia como el documento que significa la historia de la humanidad en la alegoría de sus pasiones y la personificación de las debilidades y virtudes en personajes referentes que explican la esencia humana y que el autor define son causa de la violencia enmarcada en las rivalidades miméticas que son la socialización del deseo y su control, que implica la aceptación de un dios, que es el mismo para los buenos y los malos, es decir aceptar la existencia del bien implica la aceptación de la existencia del mal, en este sentido el autor abunda en el tema cuando en el apartado sobre Satán, teoriza sobre el supuesto antisemitismo existente en la Biblia y demuestra que la secuencia lógica de la Biblia demuestra que Satán es el mono de Dios, es decir es todo lo que debe negarse de la esencia humana, pero que siempre se encontrará presente. En cuanto a Jesús es de resaltarse la perspectiva del autor cuando analiza su muerte desde la esfera de la política, diciendo que Pilatos asumió el escándalo de su muerte como un evento necesario para evitar la rebelión masiva, es decir el escándalo si bien no es el punto de partida de la historia planteada en la Biblia, si es su medio, el fin es el universalismo de sus paradigmas y la preservación del ciclo mimético, donde el ser humano cree en Dios por repetición más que por convicción y su forma de renovarse como civilización, se encuentra mediada por un proceso de drama colectivo que nos lleva de la mano en el ciclo de la catársis que implica la existencia de los valores humanos asumidos en forma de un dios.

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