Miguel (Obj Part 1 y 2)


Proyecto de Educación Media Superior del Gobierno del Distrito Federal

1.    LA EDUCACION MEDIA SUPERIOR EN MÉXICO
En 1857 en México, las principales instituciones de educación media y media superior como los Colegios mayores de San Pedro y San Pablo, y el de San Ildefonso, estaban en manos del Clero, en el cuál prevalecía una instrucción de tipo dogmática. Con el establecimiento de la República y la Institución de la nueva Constitución de 1857, el Presidente Juárez, nombró Ministro de Justicia e Instrucción a Antonio Martínez de Castro, encomendándole la reestructuración de la enseñanza. Martínez de Castro designó al Dr. Gabino Barreda, quién elaboró su proyecto educativo basándose en la corriente positivista, que anteponía el dogmatismo, el razonamiento y la experimentación. En este contexto, el 2 de diciembre de 1867, el Presidente Juárez expidió la "Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal", en el cual se establecía la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria; los estudios que se impartirían serían los correspondientes para poder ingresar a las Escuelas de Altos Estudios. El 17 de diciembre del mismo año, el Presidente Juárez nombra al Dr. Gabino Barreda como primer director de la ENP. Fechas importantes en esta época son el decreto del 23 de octubre de 1833 que reforma la enseñanza superior (dos días antes se había creado la Dirección General de Instrucción Pública) y crea en el Distrito Federal dos establecimientos de educación preparatoria, y la Ley de Instrucción Pública del 27 de diciembre de 1865, durante el imperio de Maximiliano, que organiza la educación media al estilo de los liceos franceses. Bajo el régimen del Presidente Juárez se promulgan dos instrumentos legales que constituyen el punto de partida de la organización de la educación media superior: la Ley Orgánica de la Instrucción Pública del Distrito Federal (2 de diciembre de 1867) y su Reglamento (24 de enero de 1868).[1]
El 3 de febrero de 1868, se inauguró el primer ciclo escolar de la Escuela Nacional Preparatoria con una matrícula de novecientos alumnos, doscientos de los cuales eran internos en las instalaciones del Antiguo Colegio de San Ildefonso, misma que se ocupó como escuela hasta 1982. El plan de estudios contemplaba cinco ciclos anuales. La aprobación del decreto y el inicio del ciclo escolar, desataron fuertes controversias entre positivistas, católicos y metafísicos, mismas que continuaron hasta finales de 1868. En 1909, se imparte en la Preparatoria un ciclo de conferencias sobre el positivismo, por Antonio Caso. En la primera década de este siglo destaca la figura de Justo Sierra como secretario del Despacho de Instrucción Pública y Bellas Artes, que restablece la Universidad de México con carácter de Nacional, a la que integra la Escuela Nacional Preparatoria, con lo que se le da al bachillerato carácter universitario, como base que es de los estudios superiores.[2]
Nuevos planes de estudio son aplicados en la Escuela Nacional Preparatoria después del porfiriato: el de 1916, que reduce los estudios a cuatro años; el de 1918, aprobado por el Consejo Superior de Educación Pública, que vuelve al ciclo de cinco años; y el de 1920, primer plan, aprobado exclusivamente por el Consejo Universitario. En 1922, siendo director de la Escuela Nacional Preparatoria Vicente Lombardo Toledano, se realiza en la ciudad de México el Primer Congreso Nacional de Escuelas Preparatorias. Este congreso establece un plan de estudios para toda la república con una duración de cinco años posteriores a la educación primaria. Se prevé un bachillerato no sólo como preparación a los estudios superiores, sino como preparación para la vida. El plan incluye el aprendizaje de un oficio.[3]
Del mismo congreso surge una reglamentación para la revalidación de estudios preparatorios. El plan de estudios de 1931, en la Escuela Nacional Preparatoria, establece el bachillerato especializado. Fundada la escuela secundaria en 1926, este plan reduce el bachillerato a dos años posteriores a la secundaria. Un año después, un nuevo plan tiende a regresar al bachillerato único, sin descartar el especializado. En 1956 se impone la tendencia al bachillerato único. Esta sucesión de planes de estudio manifiesta la falta de definición de objetivos que impera en el país, señalada ya en el ámbito continental en el Congreso de Universidades de América Latina, celebrado en Bogotá, Colombia, en 1963, y más tarde, por la XIV Asamblea General de la ANUIES, en 1972.[4]
Paralelamente al desarrollo del bachillerato, surgen en la época cardenista los estudios tecnológicos, a raíz de la fundación del Instituto Politécnico Nacional, que a nivel medio se dividen en prevocacionales y vocacionales, correspondientes a la secundaria y la preparatoria, respectivamente. Durante la gestión del presidente Adolfo López Mateos nacen los Institutos Tecnológicos Regionales que crean sus propias escuelas de enseñanza media. La creciente demanda de matrícula en las Universidades y en la enseñanza media superior, al inicio de la década de los setenta, provoca el nacimiento de otras instituciones de bachillerato. El 26 de enero de 1971 se funda el bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades y el 26 de septiembre de 1973, por decreto presidencial, el Colegio de Bachilleres, organismo descentralizado del Estado que comienza a funcionar en 1974.[5]
Por el tipo de financiamiento y control administrativo, la educación media superior se puede clasificar en: federal, estatal, autónoma y particular.
Los programas que se ofrecen pueden agruparse en tres categorías:
a) El bachillerato general, cuya función es contribuir a la formación en conocimientos y habilidades de quienes se preparan para continuar estudios superiores.
b) La educación profesional técnica del nivel medio superior que especializa al alumno en la aplicación de conocimientos y habilidades en actividades laborales precisas.
c) El bachillerato tecnológico bivalente ofrece tanto estudios propedéuticos para ingresar a estudiar alguna licenciatura, como un título técnico con el cual los egresados pueden incorporarse al mercado de trabajo.[6]
Las instituciones que ofrecen el nivel medio superior son de diversa índole:
• El bachillerato general se imparte en universidades públicas y privadas, en el Colegio de Bachilleres, en escuelas y preparatorias de los estados y en colegios particulares.
• La educación profesional técnica del nivel medio superior la ofrecen, principalmente, la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), de la que dependen el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) y los Centros de Estudios Tecnológicos Industriales (CETIS). Estas dos instituciones tienen un papel importante en la formación de técnicos profesionales para la industria y los servicios. Actualmente se implanta un sistema de capacitación basado en normas de competencia laboral que fija un consejo representado por los sectores público y privado. La idea es dotar al alumno de una serie de competencias que puedan ser evaluadas y certificadas a partir de parámetros establecidos.
• El bachillerato tecnológico bivalente se ofrece principalmente por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la DGETI y la DGTA.
Entre las instituciones de Educación Media Superior encontramos:
Secretaría de Educación Pública
Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica.
• Dirección General del Bachillerato: Colegio de Bachilleres Preparatorias Federales por Cooperación, Centros de Estudios de Bachillerato antes llamados Centros de Bachillerato Pedagógico, Telebachillerato, Preparatoria Abierta, Bachillerato Semiescolarizado para maestros bilingües y promotores culturales, Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas.
Subsecretaría de Educación e Investigación Tecnológicas.
• Dirección General de Educación Tecnológica Industrial: Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial, Centros de Estudios Tecnológicos y de Servicios, Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos.
• Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria: Centros de Bachillerato Tecnológico Agropecuario, Centros de Bachillerato Tecnológico Forestal.
• Dirección de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar: Centros de Estudios Tecnológicos del Mar, Centros de Estudios Tecnológicos en Aguas Continentales.
• Centro de Enseñanza Técnica Industrial: Centros de Enseñanza Técnica Industrial.
• Instituto Politécnico Nacional: Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos, Centro de Estudios Tecnológicos Walter Cross Buchanan, Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia.
• Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica: CONALEP.
• Gobiernos de los Estados: Preparatorias Estatales, Preparatorias Estatales por Cooperación, Bachilleratos Tecnológicos Estatales, Bachilleratos Dependientes de Escuelas Normales, Bachilleratos de Arte, Escuelas Estatales de Educación Profesional Técnica que requieren certificado de secundaria.
• Universidades: Preparatorias de Universidades Autónomas, Preparatorias de Universidades Estatales, Colegio de Ciencias y Humanidades, Escuelas de Educación Profesional Técnica: enfermería y trabajo social.
• Instituto Nacional de Bellas Artes: Bachilleratos de Arte.
• Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural: Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero.
• Secretaría de Comunicaciones y Transportes: Bachillerato de la Policía Federal de Caminos.
• Secretaría de la Defensa Nacional: Bachillerato militar.
• Secretaría de Marina: Bachillerato militar.
• Instituto Mexicano del Seguro Social: Enfermería.
• Instituciones Particulares: Incorporadas a la Dirección General de Bachillerato, Incorporadas a la DGETI, Incorporadas a DGETA, Incorporadas a DGCFT, Incorporadas al IPN, Incorporadas a Universidades Autónomas, Incorporadas a Universidades Estatales.
• Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (IEMS).



2.    EL PROYECTO DE LAS PREPARATORIAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
El proyecto para crear preparatorias destinadas a los jóvenes de la ciudad tuvo su primer antecedente en 1998, con la creación de la Preparatoria Iztapalapa 1, en la Ex Cárcel de Mujeres. Actualmente, el Sistema de Bachillerato del GDF cuenta con 15 preparatorias, distribuidas estratégicamente en la ciudad para que los jóvenes cuenten con una escuela lo más cercana posible a su domicilio. El proyecto comienza en 1998, al inaugurarse el plantel 1 de Iztapalapa y se le da continuidad en el programa de desarrollo 2000-2006 del gobierno del Distrito Federal, del que se extrae el siguiente párrafo:
Adicionalmente, en 1998 se aprobó la Ley de Educación del Distrito Federal, que establece la creación del Instituto de Educación Media Superior, dependiente del gobierno. Este esfuerzo constituye la base del programa educativo que pondremos en práctica. El bachillerato es una necesidad educativa apremiante de la juventud mexicana, pues ofrece tanto la formación técnica y el desarrollo intelectual que son necesarios para participar de manera activa y consciente en el complejo mundo contemporáneo, como la preparación básica indispensable para que los egresados puedan desenvolverse con eficacia en un mundo laboral cambiante e imprevisible. Se buscará, asimismo, ampliar las oportunidades de este tipo de educación a miles de jóvenes y adultos, independientemente del tiempo transcurrido desde que hayan concluido la secundaria.[7]
Entonces nos encontramos que desde la génesis misma del proyecto educativo, éste responde a las necesidades del mercado, la visión utilitaria se demuestra en que responde a la “necesidad educativa (…) de la juventud mexicana”, es decir el planteamiento asume la educación institucionalizada como una necesidad humana, “pues ofrece (…) formación técnica”, desarrollando “eficacia en un mundo laboral cambiante e imprevisible”, esto se traduce en un proyecto educativo basado en la escasez de conocimiento, debido a que el conocimiento como proceso colectivo de asimilación de la realidad concreta queda resumida a la técnica, la necesidad intelectual es relacionada directamente al mundo laboral, por lo tanto en este párrafo podemos encontrar que la reproducción del sistema económico se perpetúa en el proyecto educativo; las cambiantes condiciones en las que se desenvuelve el sujeto escolar en la actualidad, exigen  formación de calidad y competitividad de recursos humanos, se desarrolla una corriente que tiende a la formación de personas con una enorme capacidad de reacción y adecuación a las transformaciones que experimenta el campo del conocimiento y el desarrollo tecnológico, de ahí la eficacia en el mundo laboral cambiante e imprevisible. De este mismo documento se extrae lo siguiente, vislumbrando la labor del gobierno:

Es indudable que los grupos en el poder tienden a privilegiar ciertas expresiones con las que se identifican, o que van de acuerdo con sus intereses, sean estos económicos, políticos o de control espiritual. A los gobiernos les corresponde representar y dar cabida a los intereses de todos y cada uno de los integrantes del núcleo de población al que representan.[8]

Entonces la labor del Estado como representante de todas las clases sociales, debe regular la inserción de los “educados” en la división social del trabajo, pero al referirse a todos y cada uno, se está incluyendo a los que se encuentran dentro de su modelo educativo, generando un modelo  reproductor de la ideología dominante, la igualdad queda socavada a la clase social, como si el conocimiento fuera endogamia de un solo sistema social. El proyecto educativo del Instituto de Educación Media Superior, creado a partir del proyecto citado anteriormente en el 2000, se plantea un modelo basado en la formación crítica, humanística y científica: en uno de sus párrafos se vislumbra que el hábito es parte fundamental, es decir educación normativa:
Debe reconocerse que el desarrollo de una actitud crítica, en el sentido que aquí se ha definido, es resultado más que nada del ejemplo que dan las actuaciones reales de los diversos actores del proceso educativo. Esta intervención del ejemplo es determinante también en el logro de otros objetivos formativos y deberá tenerse presente que su eficacia exige establecer reglas de conducta altamente exigentes y que éstas sean asumidas en el proceder cotidiano; debe quedar claro que este currículum del contexto (u oculto) es tan importante como el currículum en sentido convencional.[9]
El currículum oculto es parte esencial de la reproducción del  lenguaje de la clase dominante; los valores, normas, restricciones, actitudes que son planteadas como vínculos pedagógicos en el proyecto del IEMS, éste planteamiento se aleja de una formación crítica, el profesor queda reducido al rol del encargado de ejecutar dictámenes y objetivos decididos por expertos ajenos a la realidad cotidiana de la vida en el aula, la clase en el poder. “Este término se refiere a aquellas relaciones sociales en el salón de clases que encarnan mensajes específicos destinados a legitimar las perspectivas particulares de trabajo, autoridad, reglas sociales y valores que sustentan la lógica y la racionalidad capitalista, particularmente tal como se manifiestan en el lugar de trabajo. El poder de estos mensajes radica en sus atributos que surgen como parte de los silencios estructurados que permean todos los niveles de relación en la escuela y el salón de clases.”[10]
Cuando el currículum formal se socializa surge el curriculum oculto. De hecho surge de él y se desarrolla e interactúa en paralelo con el currículum real. Ese proceso de socialización es el currículum oculto, se acepta tal y como es; en un primer momento el currículum oculto se circunscribe a los procesos que suceden dentro del aula, las técnicas grupales, los diálogos y los valores de los actores que participan en él. El currículum oculto surge como respuesta a necesidades de orden económico, político, social, cultural, pero también ideológico, por sus contenidos y fuerte carga de sus funciones morales y de una cierta reproducción social. El currículum oculto puede considerarse como el conjunto de sistemas de recompensas y expresiones de poder que existe en el grupo que participa del proceso educativo, a través del cual el estudiante a tiempo de estructurar su experiencia pedagógica, construye sus valores sociales -su historia significativa-, de acuerdo con la normativa y jerarquía existente en un momento histórico determinado. Por tanto, puede concebirse al currículum oculto como el segmento estratificador de la acción de la institución educativa, que se inicia y se forma por ciertos contenidos no específicos ni establecidos en ningún plan, programa o currícula formal, que está presente en cada uno de los miembros de la institución y que se reconoce y aprende a través de experiencias dentro y fuera del aula.
Continuando con el análisis del proyecto del IEMS, encontramos un darwinismo pedagógico, es decir la supervivencia del más apto dentro de los circuitos de calidad:
Las competencias son el vínculo necesario entre el estudiante y el mundo que lo rodea, ya que con éstas, el estudiante construye diversos tipos de saberes: racionales, simbólicos, culturales y prácticos, a los cuales les da un significado personal y  los expresa de diversas formas, verbal o escrita de manera coherente y lógica, y de acuerdo a los distintos contextos en los que se desenvuelve.[11]
Cabe mencionar que, en términos educativos, la utilización del término competencias es muy reciente. La primera vez que se empleó fue en 1992 en los Estados Unidos, cuando la Secretaria de Trabajo de ese país conformó una comisión de expertos que elaboró un documento titulado “Lo que el trabajo requiere de las escuelas”. El término competencias tiene por lo menos tres acepciones: un sujeto tiene aptitud para algo (para la música, el arte, los idiomas); determinada situación tiene o no que ver con alguien (le compete o no le compete); y, hace alusión a enfrentamiento, lucha o disputa (como cuando se habla de una competencia deportiva). Pues bien, las competencias tal y como las entienden el Banco Mundial y los demás organismos del capitalismo actual está referida básicamente a la última acepción del vocablo en castellano, es decir, a la lucha y al enfrentamiento, específicamente en el terreno de la economía mundial, de ahí el darwinismo pedagógico. El documento del IEMS culmina resaltando que la educación debe mejorar a la sociedad:
Aspirar a un mundo en donde los sujetos puedan vivir y convivir juntos demanda de la educación un papel diferente al que viene desempeñando, ya sea como reproductor de saberes o como formador de sujetos calificados para una tarea que desempeñarán en un mercado laboral incierto y volátil.[12]
La conclusión nos ayuda a develar que detrás de la formación crítica se encuentra un sujeto calificado para una tarea, asistimos a la fragmentación del sujeto social y el conocimiento como capital cultural en una perpetuada miseria intelectual que ejerce su poder desde el capital económico y que ejerciendo su función social crea lo indecible y codifica conceptos como capital humano desde la educación pública impartida por el gobierno del Distrito Federal manteniendo así la tensión entre el proyecto de la civilización neoliberal y el sujeto cultural en la sociedad global. 


3.    JOSE
4.    OSCAR
5.    PROBLEMATIZACION, PROCESOS DE RESISTENCIA EN EL AULA, MARCO


[1] La información presentada en este capítulo fue tomada de: Vázquez, Josefina A. Nacionalismo y Educación en México. El Colegio de México. 1979.

[2] Información tomada de http://www.alfonsocalderon.buap.mx/hist1.html (revisado el 19 de noviembre del 2010)
[3] Idem
[4] Idem
[5] Idem
[6] [6]Roberto Castañón Romo y Rosa María Seco,(Coord.) La Educación Media Superior en México. Una invitación a la reflexión. México, Limusa/Noriega, 2000
[7] PROGRAMA GENERAL DE DESARROLLO DEL DISTRITO FEDERAL 2001 - 2006
[8] Idem.
[9] Gaceta Oficial de Distrito Federal, 13 de octubre de 2006.
[10] Giroux, H. (1985); Teorías de la reproducción y la resistencia en la nueva sociología de la educación: un análisis crítico. Cuadernos Políticos, ERA, Julio diciembre, n.44. México. p.41
[11] Idem
[12] Idem

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